Fui un niño del abandono , pero solo me di cuenta del dolor y el trauma de que mis padres me dejaran cuando era mucho mayor.  
 

Había adormecido mis sentimientos para protegerme de todo ese dolor a la frágil edad de 3 años.  

​

Me volví fuerte e independiente porque no iba a volver a confiarle mi corazón a nadie.  

​​

Durante la mayor parte de mi vida, había anhelado el amor, la calidez y la aceptación que pensaba que solo una madre podía brindar.

​

Hasta que verdaderamente descubrí el Amor Propio enfocándome en reconectarme con mi  Niño Interior .
 

Una vez que acepté genuinamente a mi madre por completo, por quién era y por lo que sentía que tenía que hacer cuando yo era una niña,  fui capaz de honrar nuestros caminos juntos tal como es. ¡Y fue en ese momento crucial de entrega con mucho amor, que me empoderé ! 

Darme cuenta que me tocaba a mí, darle el AMOR a mi niña  y NUTRIENDO ella estaba anhelando.